martes, 2 de diciembre de 2008

Navidad

Navidad para mi.

Comienza el frío por acá y las casas se han llenado de luces brillantes y aroma a café. La navidad esta por llegar.

Más allá de los regalos y la mercadotecnia; existe dentro de cada persona el verdadero significado de la Navidad.

Tal vez ni tu te lo entiendes; o tal vez no sabes cómo expresarlo; pero sabes que esta ahí; inundando de suspiros esta época, como una luz que caliente va dentro de ti.
Y tal vez los demás lo noten; pero al igual que tú; no saben cómo llamarlo.

Hay sentimientos del alma que las palabras no saben nombrar.

Para mí; navidad es alegría, música clásica, luces, aroma de dulce canela; risas de niños y caramelos.
Navidad es lo que tengo dentro, es volver a mi infancia por un rato.

Recordar siempre lo bueno; porque queda impregnado en el alma; lo bueno es mayoría (como dice Cabral) pero no hace mucho ruido; es silencioso y poco ostentoso.

Tal vez por eso me gusta la Navidad; porque es la oportunidad perfecta para hacer que lo bueno del alma haga ruido; ¡sí! ¡que las lucecitas de los árboles brillen en todo su explendor! ¡que abraces fuerte a tu familia y amigos!; ¡que les digas cuanto los quieres cantando, gritando, aplaudiendo!¡Perfecto pretexto!


Carta a Santa
Mi hija se acerco con una arrugada hoja que tenía garabatos pintados por ella, tenía 3 años de edad y nulo conocimiento de letras.

Comenzó a leer con su voz ronquita;


Quelilo Tanta, sempe he deteado
que vengasshh a mi kata
y me compes los legalos!

Con amol
Tanta"
(Querido Santa, siempre he deseado que vengas a mi casa y me compres los regalos
con amor
Santa)
Le comenté que en la carta no decía que quería pedirle a Santa Claus y que al final debía de poner su nombre, no el de Santa.
Con toda la solemnidad, que tienen las niñas a esa edad; tomo de nuevo la carta y lanzándome una miradita de miedo;
volvió a "leer" lo mismo de principio a fin.

Vuelvo a decirle que en ninguna parte menciona el regalo que quiere, le doy ejemplos para que me pueda entender mucho mejor, una bicicleta, una muñeca, etc.
Se desespera un poco.
Ahora me arrebata el papel y me pregunta; -¿no "entienes"?

Luego mira el papel; como si lo estuviera leyendo para si misma; creo que estaba corroborando que efectivamente falta algo a esa carta; me sorprendo al volver a escuchar lo mismo.

En el preciso momento en que vuelve a "leer" con la misma seriedad; de quien habla con el Presidente; mi pequeño cerebro hace un ¡click! tan fuerte que logran acomodar unos engranes atorados en mi inocencia, entonces caigo en la cuenta que yo soy quien no ha entendido, que yo estaba confundida; mi hija; solo quiere que venga Santa Claus; sin importarle que traiga consigo e incluso que le da igual si le trae o no un regalo.

Así es la navidad cuando somos niños; tan sencilla e inocente; tal vez en el fondo no nos importe el regalo sino que Santa venga a casa.

2 comentarios:

Martiuks dijo...

Hola Erika:

Leyendo tu post me puse a recordar las Navidades cuando yo era niña en casa de mi abuelita materna y pienso que es cierto lo que dices, los recuerdos de tu niñez respecto a esa época son los que te marcan para siempre y se convierten en lo que ya en tu vida adulta te evoca la navidad.

Cuando aún eres niño y no has perdido la inocencia, casi crees ver a Santa o escucharlo llegar en la noche (a mi me pasó una experiencia junto con mis hermanos y mis primos que nunca se me olvidó, porque podríamos haber jurado que vimos en el cielo el trineo de Santa y la nariz de Rodolfo El Reno Brillando a lo lejos) y aunque cuando creces la navidad se ve de manera distinta yo creo que el mejor regalo que le podemos dar a los demás y también a nosotros mismos es aprovechar al máximo la oportunidad que se nos da para convivir con todas las personas que son importantes.

Que hermosa la carta de tu niña. Espero que pases felices fiestas.

Por aquí te sigo leyendo y buen finde.

Eat-lyrics dijo...

Así es Martha; la navidad va más allá de toda esta revoltosa mercadotecnia; que le da mucho sabor, es cierto. Pero al final de cuentas lo que te queda son esos momentos mágicos que nada tiene que ver con los regalos que se reciben. Y cierto tambien que la infancia te marca las navidades futuras.

saludos y gracias por leerme; es un honor; tenerte aquí como lectora.